Fecha: 04/02/2015
Nombre: Ana Pelegrín Cuartero
Edad: 20 años
Profesión: Estudiante de Magisterio
Ubicación: Zaragoza
Mi nombre es Ana Pelegrín Cuartero, tengo 20 años, soy
de Zaragoza (España) y soy estudiante de Magisterio de Educación Infantil en la
Universidad de Zaragoza.
He tenido intensos dolores de cabeza durante más de
cuatro años. Los dolores se localizaban en ambos lados de las sienes y en
muchas ocasiones encima de los ojos y la frente. Empezaron siendo esporádicos y
poco a poco se convirtieron en diarios. Muchos días me tenía que tomar uno o varios ibuprofenos, los
mezclaba con paracetamoles, aspirinas, esperando calmar un poco el dolor. Me
impedían realizar mis actividades normales y en muchas ocasiones tuve que
volver del Instituto o de la Universidad a mitad de clases porque no podía soportar estar
en las clases por el dolor.
Muchas veces acompañando a estos dolores de cabeza se
le unían dolores en la zona mandibular. Esto nos hizo pensar que los dolores
mandibulares igual tenían que ver con la dentadura pero no relacionábamos
también los dolores de cabeza con esto.
Comenzó mi peregrinar con mis padres por distintos
médicos. La doctora de cabecera nos daba ibuprofenos. Fuimos a la dentista de
la seguridad social, ella nos mandó hacer una ortopantomografía y dijo que no
veía nada en la boca, en los dientes ni muelas que pudiese provocar esos
dolores. Que como tenía la cara alargada pues que la mandíbula tenía que hacer mayor recorrido y que acababa por
molestar. Mi madre le dijo que por qué no me sacaba las muelas del juicio. Ella
dijo que ahora no se era partidario de hacer esa intervención, y que además la
Seguridad Social ya no la financiaba.
Nos fuimos a las dentistas de toda la vida, que me
habían hecho la ortodoncia desde pequeña, ya que tenía los dientes muy
torcidos. Ellas me dijeron que los dientes los llevaba perfectamente. Mi madre
les dijo que si eran partidarias de sacar las muelas del juicio. Ellas le
dijeron que, en general, no. Pero que si queríamos una de ellas era cirujana y
me las podría sacar, empezando por las de abajo, que eran más complicadas.
Claro, mis padres no se atrevían a seguir con esto, ya que nadie nos daba una
solución clara, y sabían que sacar las muelas del juicio era molesto y
doloroso.
Fuimos a otro dentista más. Tampoco nos dio una
solución clara. Nos dijo también que el veía la dentadura muy bien y que sacar
las muelas del juicio era un lío, sin saber que era esto lo que provocaba los
dolores.
Entre medio volvimos a la Seguridad Social, por si
había otro especialista en ese momento, estaba la misma doctora y nos volvió a
decir lo mismo.
Total que nos encontrábamos en un callejón sin salida.
Todos los días esos dolores. Varios especialistas. Ninguna solución. Un montón
de vueltas por diferentes médicos y ningún camino.
El caso es que mi madre había empezado a acudir a la
clínica de la Doctora Siemmens en Logroño, porque padece SBA, o síndrome de la
boca ardiente. Le diagnosticaron CAT y rápidamente le habló de mí, de lo que me
estaba pasando. Fui a su consulta y para la doctora fue clarísimo el
diagnóstico desde el primer momento: CAT. No tenía espacio en la boca, ni siquiera para los dientes que
ya habían salido. Les enseñó a mis padres mi dentadura con la boca bien abierta
y ellos, sin entender nada, lo entendieron todo. Mis dientes son muy grandes y
mi boca muy pequeña, por eso crecían totalmente torcidos y la ortodoncia me los
colocó estéticamente perfectos pero mi última muela (la 7) chocaba totalmente
con la rama mandibular, lo que me producía esos dolores de cabeza. Ya no
hablamos de las muelas del juicio, (sobre todo las de arriba) que no tenían
ningún espacio para salir y que estaban empujando gravemente a los nervios y a
los dientes que estaban fuera.
La Doctora Siemens nos remitió al doctor García de
Logroño. Él me extrajo primero la muela del juicio de arriba a la derecha y la
muela 7 de la derecha. Y cuando ésta se curó me extrajo la muela del juicio de
la izquierda. La 7 de la izquierda de momento no me la han extraído, ya que el
lado que más me dolía era el derecho. Los dentistas sienten en carne propia
tener que extraer una muela sana a un paciente jaja, pero era muy evidente que
esa muela tenía que ir fuera, para evitar males mayores.
A partir del momento en que curó mi segunda extracción
no he vuelto a tener ningún dolor, ni de cabeza, ni de mandíbula, ni de ningún
otro relacionado con esto de los que tenía. Solo en una ocasión tuve un dolor
similar en el lado izquierdo, y la doctora Siemens me dijo que ya me había
avisado de que esa muela 7 habría que acabar quitándola. Estoy encantada de la
vida, sin dolores, sin medicamentos.
Muchas veces pienso que algo, aparentemente tan
sencillo, resultó complicado hasta que llegamos a conocer a la doctora. Pasé
por varios especialistas, ninguno vio nada, algo que resultó evidente para
todos una vez que ella nos lo explicó, tanto en la ortopantomografía como al
natural.
Ya sé que me tendré que sacar la muela 7, y también
las muelas del juicio de abajo, porque mi espacio, más que reducido es
inexistente, pero bueno de momento estoy muy bien y lo haré cuando me molesten.
He sufrido tanto que de momento quiero disfrutar de este bienestar. También la
doctora me ha dicho varias veces que por la posición prognática de mi mandíbula
tendría que llevar un aparatito durante un tiempo para colocarla en su sitio y
seguir haciendo hueco ahí donde se produce el CAT, pero he llevado tantísimos
años ortodoncia, aparatos para agrandar el paladar, que de momento le he dicho
que vamos a esperar.
En conclusión, hoy por hoy mi vida ha cambiado
totalmente, he pasado de tener un día a día lleno de dolores y malestar a una
vida normal. Cuando se te ha pasado el dolor ya no te acuerdas de él, afortunadamente, y eso es lo que me
pasa a mí. Agradezco enormemente a la doctora Siemens sus conocimientos y su
dedicación y por supuesto que me haya curado. Aconsejo a todas aquellas
personas que sufren de cefaleas, dolores de cabeza, mandibulares etc…,
descarten que pueda ser CAT, porque si es así, su problema tiene una solución
real y clara.
Por último, me alucina bastante que hay tan pocos
odontólogos que traten este problema que afecta a una parte enorme de la
población. De hecho en Zaragoza mi ciudad, una ciudad grande y llena de
dentistas, no hay ni una sola clínica dedicada totalmente o en parte a estos
casos. Aquí es donde se demuestra que uno es médico de verdad, no solo en las
ortodoncias, los blanqueamientos y los implantes.
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