Fecha: 18/02/14
Lourdes Naranjo de la Concha
Edad: 42
Profesión: Empresaria
Residencia: Las Palmas de Gran Canaria
Mi nombre es Lourdes Naranjo de la Concha, tengo 42 años y vivo en Las
Palmas de Gran Canaria. Soy empresaria pero desde hace 5 años tengo que
trabajar desde casa porque los dolores de cabeza han sido tan insoportables que
no he estado capacitada para ir a la oficina, con lo que mi labor empresarial
ha disminuido muchísimo.
Desde que tengo uso de razón he tenido dolor de cabeza, tanto en los
días de “alegrías” como en los días de “tristeza” con lo que nunca estuvo
relacionado con motivos emocionales, como muchos neurólogos afirmaban. Mis
dolores de cabeza siempre han sido continuos no recuerdo ninguna época en la
que no tuviese nada de dolor. Mi día a día siempre estaba acompañado con dolor
en mayor o menor intensidad pero siempre ahí. Luego venían las crisis que solían
aparecer una vez a la semana y con una duración fluctuante habiendo veces que
una crisis se me juntaba con la siguiente lo cual era realmente desquiciante.
Creo, no lo recuerdo bien, que la primera vez que fui a un neurólogo, tenía
9 años, me diagnosticó cefaleas y me mando un tratamiento con Tonopán aquello no me solucionó nada, pero empecé a aceptar que ese dolor era
parte de mí y desde entonces me auto medicaba, empecé con aspirinas y con los
años utilizaba cualquier pastilla que me pudiese suavizar el dolor. A medida
que fui creciendo mi madre me llevaba a distintos neurólogos y siempre con el
mismo diagnóstico, cefaleas. Es cierto que algunos me hicieron pruebas más
profundas como electros, resonancias, etc… pero siempre con el mismo diagnóstico.
Después del nacimiento de mis hijos ya con treinta años, el dolor fue
a más habiendo días que tenía que encerrarme en el baño para que mis hijos no
me vieran vomitando y muchas veces llorando. Con una dolencia como esta sufren
todas las personas que están a tu alrededor pues se sienten muy impotentes por
no poder ayudarte.
Durante muchos años acudí a distintos tipos de médicos, neurólogos,
psicólogos, médicos de acupuntura, masajistas, neurópatas, yoga,
nutricionistas, etc……Para nada, ninguno me solucionó nada.
Hace aproximadamente 5 años me hablaron de una doctora “maravillosa”
especializada en migrañas y que pasaba consulta en la Clínica Ruber de Madrid.
Muy esperanzada fui y después de contarle mi trayectoria decidió que debía
ingresar una semana para desintoxicarme de mi automedicación y darme un
tratamiento de choque que me quitaría todo el dolor de cabeza. Me lo creí,
pensé que ya está sería la definitiva así que ingrese. Fue de los peores
tratamientos que he tenido (y he tenido muchos). Durante toda esa semana me
tupieron a cortisona y empezaron a medicarme con antidepresivos, fármacos para
dormir e inyecciones subcutáneas para el dolor. Esta doctora dio por hecho que
yo debía padecer una fuerte depresión, lo cual no era cierto, y por eso cada
vez que volvía a revisión y le contaba que seguían los dolores me aumenta la
dosis de antidepresivos a tomar. Fue tanta la cantidad de antidepresivos y
pastillas para dormir que me daba que en el periodo que duro este tratamiento
(8 meses) choqué dos veces con el coche y no recuerdo casi nada de esa época de
mi vida. Y todo para nada, el dolor seguía.
Después de la decepción tan grande que tuve con la “mejor doctora
especializada en migrañas de España”, decidí que no quería volver a ningún médico
relacionado con migrañas. Pasado un tiempo mi hermana, desesperada por mis
dolores, se enteró de una Kinesióloga que era capaz de quitarme el dolor con
medicina natural y otro tipo de alimentación, bueno pues después de volver a convencerme,
le costó mucho, nos fuimos a Sevilla a ver a esta señora. Pues bien no me
sirvió de nada fue solo una sacadera de dinero y ningún resultado. Otro fracaso
más y ya mi esperanza por los suelos, se acabó, no iba a volver a ver a ningún
tipo de medico decidí que me auto medicaría y que cuando tuviese una crisis
desquiciante iría a urgencias a que me pincharan algo en vena, y así lo hice
durante un par de años. Desde luego no había ningún tipo de mejora pero yo no
veía ninguna solución.
Hace cuatro meses y medio, otra vez mi hermana, me comentó de un
dentista que había hecho unas investigaciones y que podía quitar los dolores de
cabeza. Lógicamente y teniendo en cuenta mi trayectoria no me lo creí e incluso
me enfade con ella por seguir buscando soluciones que yo pensaba que no
existían. Pero gracias a Dios mi hermana si se lo creyó y sin decirme nada
solicito una consulta en la Clínica del doctor José Larena-Avellaneda. Me
suplicó que fuera solo por escucharlo y yo por pena accedí. Al llegar a la
consulta y ya sentadas en la sala de espera le hice prometer que esta sería la última
vez que iría a un médico relacionado con las migrañas, estaba convencida que sería
otra decepción.
Al pasar a consulta el doctor, de lo más agradable, comenzó a
preguntarme por mis dolores y la evolución de estos. Tras describirle mi dolor
me hizo una serie de pruebas que nadie me había hecho anteriormente y me dijo
que sí, que yo padecía “Compromiso Articular Temporomandibular, CAT bilateral y
“Síndrome del Musculo Temporal, SMT bilateral. Al escuchar el diagnóstico, me
emocioné pensé que quizás tenía solución. Pero lo que más me gustó fue cuando
el Doctor Larena-Avellaneda me dijo: “que mal has debido pasarlo en tu vida”,
era la primera vez que un médico entendía lo que yo padecía.
En esa misma consulta me informó de posturas que debía comenzar a
practicar, como dormir boca arriba, evitar cualquier presión sobre la mandíbula
y evitar flexionar el cuello y me dió el tratamiento que debería utilizar
durante un año y medio, un aparato en la boca, sólo eso, nada de medicamentos. Parecía
tan fácil que yo dudaba aunque él me transmitía mucha seguridad.
A la semana siguiente ya tenía puesto mi aparato “equi-plano invertido”
para poder anular cualquier movimiento de protrusión.
El seguimiento del tratamiento ha sido continuo y el resultado
MARAVILLOSO. Comenzaron a disminuir mis dolores de forma paulatina, podría decir
que volvía a ser yo misma, pero nunca he estado tanto tiempo sin crisis con lo
que debo decir que he empezado a ser yo misma. Al poco tiempo de estar con el
tratamiento y en vista que me resultaba muy difícil mantenerme boca arriba
mientras dormía, me ofrecieron una almohada especial diseñada por la Clínica
que me obliga a mantenerme boca arriba toda la noche con lo que la suma de la
postura y el aparato me ha mejorado muchísimo.
Ahora salgo sin miedo al dolor incluso pongo música, canto y bailo con
mis hijos (prohibido desde hace años por los dolores continuos) y sobre todo y
lo mejor me rio, me rio muchísimo y mi familia me ve más feliz y disfruta de mí.
La vida puede ser tan maravillosa sin dolor……..
Gracias Doctor Larena-Avellaneda, de todo corazón GRACIAS!!!!!!!!!!!!
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